El papel de la suplementación

28.01.2014 16:16

El Plan para su tipo de sangre también incluye recomendaciones sobre las vitaminas, minerales y suplementos herbáceos que pueden mejorar los efectos de su dieta. Éste es otro aspecto en el que hay una gran confusión y desinfor­ mación. La profusión de vitaminas, minerales, preparaciones exóticas e infusiones herbáceas es algo muy popular en estos días. Es difícil no sentirse seducido por la amplia gama de remedios que se apiñan en los estantes de su far­ macia o tienda de productos saludables. Estas panaceas tentadoras parecen ser la respuesta que hemos estado buscando; prometen energía, pérdida de peso, alivio del dolor, potencia sexual, resistencia, longevidad y capacidad intelectual, junto con una cura para las jaquecas, los resfriados, el nerviosismo y cualquier otra dolencia imaginable.

 

Pero como con el alimento, la suplementación no siempre actúa de la misma manera para todos. Cada vitamina, mineral y suplemento herbáceo desempeña un papel específico en su organismo. El remedio milagroso, al que se refiere con entusiasmo un amigo suyo del grupo B, puede ser inerte o incluso perjudicial para su sistema del tipo A.

 

Puede ser peligroso auto-recetarse vitaminas y suplementos minerales —muchos de los cuales actúan como drogas en su organismo. Por ejemplo, aun cuando se puedan adquirir directamente sin receta, las vitaminas A, Ky B-3 (niacina) deberían ser administradas únicamente bajo la supervisión de un médico.

 

 

Pero hay muchas sustancias naturales en las plantas, denominadas fitoquímicos, que son más eficaces y menos perjudiciales que las vitaminas y los minerales. El Plan para su tipo de sangre sugiere regímenes fitoquímicos apropiados para cada tipo de sangre.

 

Usted puede no estar familiarizado con el término fitoquímicos. La ciencia moderna ha descubierto que muchos de estos fitoquímicos, antes llamados «hierbas», poseen altas concentraciones de compuestos biológicamente activos. Estos compuestos están ampliamente disponibles en otras plantas, pero en proporciones mucho más reducidas. Muchos fitoquímicos —que yo prefiero considerar como concentrados de alimentos— son antioxidantes, y varios de ellos son muchas veces más eficaces que las vitaminas. Curiosamente, estos antioxidantes fitoquímicos muestran un alto grado de preferencia por los tejidos, que las vitaminas no disfrutan. Por ejemplo, el cardo lechero o cardo de María (Silybum marianum) y la cúrcuma (Curcuma longo) tienen una capacidad antioxidante cientos de veces mayor que la vitamina E, y son absorbidas con un alto grado de tolerancia por el tejido hepático. Estas plantas son muy beneficiosas para los trastornos caracterizados por la inflamación del hígado, como la hepatitis y la cirrosis.

 

Su programa especializado de vitaminas, minerales y fitoquímicos completará los aspectos nutritivos de su Plan.