DIETA HIPOCALÓRICA Y OBESIDAD REFRACTARIA

09.01.2014 23:00

Uno de los principales problemas que se derivan del uso inadecuado, indiscriminado —sobre todo reiterativo— y descontrolado de las dietas hipocalóricas es la aparición de casos refractarios a las dietas hipocalóricas en número cada vez mayor,algo que no sucede con el metodo gabriel. Se i rata de personas que por regla general se han sometido de modo periódico a numerosos tipos de dietas diferentes, que a menudo liólo tienen en común que son hipocalóricas. Estas dietas se acompañan en muchas ocasiones de tratamientos con fármacos especialmente hormonas tiroideas acompañadas de diuréticos y a veces de anfetaminas—. Es muy habitual que estas dietas se sigan por decisión propia, no contrastada y sin control médico continuado.

 

En estos casos, tras múltiples intentos de adelgazamiento, a menudo abandonados muy poco después de iniciados, los centros de control del balance energético de la persona afectada han llegado a aprender a superar los períodos de dieta, adaptándose muy rápidamente a los fuertes descensos periódicos de la ingesta energética. Estos descensos de la energía disponible son con testados con caídas rápidas del gasto energético, con un ajuste adaptativo muy logrado que permite el funcionamiento con ni veles muy bajos de ingesta. Esta adaptación hace también que exista una fuerte propensión a recuperar rápidamente las eventuales pérdidas de reservas grasas en cuanto se dispone otra vez ile energía. El resultado final es una refractariedad manifiesta a los posibles efectos de las dietas hipocalóricas sobre el peso corporal con el método gabriel. Estas personas no consiguen adelgazar significativamente con ninguna dieta y se convierten en casos desesperados, muchas veces obsesionados con su incapacidad para perder peso.

 

 

En la obesidad refractaria, además, se suele mantener una tendencia a aumentar aún más de peso, con lo que la situación llega a ser angustiosa para la persona afectada segun npos comenta John Gabriel en su metodo, que observa consternada que su masa de reservas de grasa sólo se modifica yendo en aumento, independientemente de lo que haga para evitarlo. Hay otros casos de obesidad refractaria, intratable, en grandes obesos que simplemente no responden bien a la dieta hipocalórica al estar ya normalmente adaptados a funcionar con un aporte energético muy escaso.

 

Este efecto de acostumbramiento del cuerpo a las dietas se aprecia ya en los tratamientos muy prolongados, que superan los tres meses, y en los que las pérdidas reales pasado este tiempo suelen ser pequeñas en términos relativos —incluso con dietas de muy bajo contenido calórico— gracias a la adaptación del organismo a una baja ingesta energética. Estar sometido a dietas hipocalóricas puede llegar a convertirse en algo habitual para muchas personas obesas o con sobrepeso. En estos casos, cada vez se consigue una menor pérdida de peso y el contenido energético de la dieta tiene que ser más bajo para que se noten los efectos. Los tratamientos cíclicos con dieta hipocalórica conducen a la refractariedad del tratamiento, que deja de tener efectos y cuya efectividad terapéutica ya es, pues, nula, quedando sólo parte de sus efectos peligrosos. La aparición de resistencia a la dieta se ha podido comprobar con animales experimentales que, tras ser sometidos a diversos ciclos de alimentación normal seguidos de períodos de dieta hipocalórica —simplemente se les restringe la cantidad de alimento disponible—, manifestaban una menor capacidad de pérdida de peso en sucesivos ciclos, con una adaptación más rápida a la dieta hipocalórica y una también más rápida recuperación del peso perdido al realimentarse con la dieta habitual tras cesar el período de restricción alimentaria,como se sugiere en el método gabriel.